viernes, 18 de abril de 2008

" existen cosas sorprendentes,
días sorprendentes,
momentos sorprendentes,
palabras sorprendentes...
pero, sobretodo, existen personas q un día llegan y te sorprenden y, sin saber cómo, te hacen
SONREIR con el más mínimo detalle, con un gesto de complicidad."-FRAN

hOY estuviste sensacional! me encantó verte!
Sabes que sigues siendo mi rincón favorito de Madrid ;)
tQ para siempre!!

La Canasta- Miguel Mihura

"Y ahora, al cabo de doce años de haberte hecho feliz; de haberte
querido como no he querido a ningún hombre... ¿me propones que
me case contigo? ... Entonces la cosa no puede estar más clara...Lo
que pasa es que ya no me quieres. ... ¡Te aburres conmigo y por eso
te quieres casar! ¡Como si yo no me diera cuenta! ¡Pues menuda soy
yo! ... esa proposición es un insulto que me haces y ... yo soy muy
desgraciada y no merezco que me des un disgusto tan grande."- LAURA


"Es muy posible que ese constante ir y venir de la vida moderna.
esa inquietud inútil que devora a la gente, ese afán "snob" de buscar
algo nuevo que no se encuentra, esa inconformidad con lo que se
tiene y que hace desear lo que no se tiene, me hayan movido a
escribir esta comedia cómica, que se titula "La canasta", simplemente
porque este juego de cartas coincide con el tiempo y las costumbres
que trato de reflejar" (Mihura 1955).

jueves, 17 de abril de 2008



"-Siempre que mires el cielo, por la noche, como yo habitaré en una de ellas, como yo reiré en una de ellas, será para ti como si todas las estrellas se rieran. ¡Tu tendrás estrellas que saben reir!Y el[lla] volvió a reir.-Y cuanto te sientas consolado (siempre se encuentra consuelo) te sentirás contento de haberme conocido. Siempre serás mi amigo y tendrás deseos de reir conmigo.Y a veces abrirás tu ventana por placer... y tus amigos quedarán asombrados de verte reir mirando al cielo. Entonces podrás decirles: "Las estrellas a mí siempre me hacen reir" y ellos pensarán que estás loco...-"

miércoles, 16 de abril de 2008

Puestas de Sol



Durante mucho tiempo tu única distracción fue la suavidad de las puestas de sol. Este nuevo detalle lo supe al cuarto día,
cuando me dijiste:
—Me gustan mucho las puestas de sol; vamos a ver una puesta de sol…
—Tendremos que esperar…
—¿Esperar qué?
—Que el sol se ponga.
Pareciste muy sorprendido primero, y después te reíste de ti mismo. Y me dijiste:
—Siempre me creo que estoy en mi tierra.
En cambio, sobre tu pequeño planeta te bastaba arrastrar la silla algunos pasos para presenciar el crepúsculo cada vez que lo deseabas…
—¡Un día vi ponerse el sol cuarenta y tres veces!
Y un poco más tarde añadiste:
—¿Sabes? Cuando uno está verdaderamente triste le gusta ver las puestas de sol.
—El día que la viste cuarenta y tres veces estabas muy triste ¿verdad?
Pero él no respondió.